Asociación Latinoamericana de Escritores Cristianos

septiembre 21, 2009

Un taller para gente con talento

Filed under: El Escribidor,Noticias relacionadas con ALEC,Seminarios Talleres — escritorescristianos @ 7:14 am
(Durante la Cumbre de ALEC, 1-7 de febrero de 2010 en la ciudad de Miami, la novelista Jeanette Windle ofrecerá un taller para escritores que ya han visto publicada alguna obra suya, están trabajando en un manuscrito y tienen la vista puesta en una meta ambiciosa: llegar a ser escritores cristianos ampliamente leídos en el mundo hispano… ¿y por qué no en el anglo? Ver detalles al final.)

Una de las tareas más comunes que las editoriales tienen que enfrentar cuando de publicar obras originales escritas en español se trata es trabajar el manuscrito de modo que el libro que llegue a manos del lector tenga un estilo ágil y atractivo. No siempre se logra, pero casi siempre se intenta.

Para esto, las editoriales cuentan con un equipo de cirujanos y cosmetólogos cuya tarea es aplicar cuanto recurso sea necesario, hasta llegar al punto en que todos terminen contentos, si es que el paciente no se ha quedado en la mesa de operaciones, lo que de tanto en tanto ocurre. ¿Todos contentos, dije? Digamos, mejor, casi todos, porque por lo general hay alguien que, lejos de alegrarse, sufre con cada tijeretazo, con cada corte, con cada sutura que se aplica a su bebé. Es el autor, que siempre creyó que cuando por fin le dio descanso al lápiz, unió las manos, entrelazó los dedos por sobre la cabeza y los hizo sonar en un movimiento de reversa su creación estaba lista para ir a la imprenta. ¡Qué va! En ese momento, apenas estará iniciando un largo viaje por instancias que el autor pocas veces conoce. Y ni se imagina que existan. Y de imaginárselas, piense que sean necesarias.

Hace unos dos años, el Grupo Nelson, en coordinación con ChristianEditing, convocó a un concurso de novela cristiana al que se presentaron más de cien manuscritos. ¡Todo un éxito! Y aunque nosotros como ALEC no participamos, nos alegramos porque, como decíamos en nuestro artículo de la semana que acaba de terminar, «Que los hay, los hay» más y más se están viendo iniciativas que enrumban, junto con nosotros, hacia un fin común: detectar talentos y trabajar con la esperanza de terminar convirtiéndolos en escritores.

En el último concurso convocado por Grupo Nelson (¡con cuánta satisfacción los seguimos en esta avanzada editorial!) se presentaron un poco más de treinta manuscritos. Nos atreveríamos a decir que muchas de las novelas, en el criterio de ALEC, serían dignas de publicarse. Pero, como ocurre en las competencias, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio. «Corred», dice Pablo en 1 Corintios 9.24, «de tal manera que lo obtengáis». En la línea de largada, treinta, cien o más esperan, expectantes, el anuncio de arrancar. Cada cual tiene la esperanza de ser el primero en cruzar la meta pero, a poco de partir, el grupo compacto dejará de serlo y los mejores tomarán la delantera, entre los cuales terminará sobresaliendo el más talentoso. O el que mejor se haya preparado.

Lo decíamos y lo seguimos repitiendo: en Hispanoamérica tenemos tremendos escritores potenciales. Hemos leído a algunos de ellos, sus trabajos en forma de manuscritos, y vemos el talento. Pero también vemos la evidente falta de la mano experta del editor para hacer el trabajo que muchas veces no hace el autor; o, la mano del profesor que, pacientemente, va mostrando rumbos, enseñando fórmulas, señalando peligros y fallas que hay que evitar; guiando en un camino ascendente hacia alturas a las que solo llegan los esforzados, los humildes que aceptan la corrección, los perseverantes, los que saben controlar las insinuaciones del ego que procura convencerlos que ya llegaron a la cima y que no tienen nada más que aprender.

Pensando en esto, ALEC no ha variado su estrategia asumida desde hace diez años: dar prioridad a la formación del escritor antes de animarlo a entrar en competencias que podrían resultar frustrantes.

(En el anecdotario de la familia está el caso de un alumno de la profesora Cire Castillo que decidió participar en una competencia atlética. Se inscribió en la carrera de cinco mil metros. Era una competencia intercolegial en San José, Costa Rica. Nuestro buen aprendiz de atleta, en cuanto escuchó el disparo para la largada, salió como una flecha dejando rezagados a sus contrincantes. Al llegar a los doscientos metros, ya no podía más. Los demás corredores, midiendo sus fuerzas, pronto lo alcanzaron y lo sobrepasaron. Antes de los trescientos metros, nuestro buen Chucha, que era el apodo con que todos lo llamaban, abandonó, tirándose cuán largo era en el césped junto a la pista para recuperar el aliento. Nadie le dijo que para una carrera de ese tipo era imprescindible dosificar las fuerzas.)

Repetimos: No estamos en contra de los concursos pero creemos que quien se inscribe en una competencia donde ganará el mejor, debe estar convenientemente preparado para que al final, sea él el mejor. Y para eso hemos venido ofreciendo nuestros talleres y seminarios. En ellos, juntamente con enseñar técnicas de redacción, de cómo hacer acopio de información, de manejo del estilo, de organización del material, de desarrollo progresivo de la historia, trabajamos en otras áreas tanto o más importantes que las mencionadas. Nos preocupamos porque el alumno sepa: 1. Que tiene talento, 2. Que es posible desarrollar y perfeccionar ese talento innato, 3. Que puede aprender a detectar sus deficiencias y que éstas se pueden corregir, 4. Que se convenza que con un esfuerzo medido y mesurado puede llegar a ser un escritor permanente y, eventualmente, arribar de primero a la meta terminando por vivir del producto de su creatividad literaria.(*)

Como decimos en el encabezamiento de este artículo, durante la Cumbre que llevará a cabo en Miami del 1 al 7 de febrero de 2010, ALEC contará con la experiencia y el talento de la novelista Jeanette Windle para ofrecer un taller a gente con talento. La inscripción para quienes asistan de fuera de la ciudad de Miami (sea de otros lugares de los Estados Unidos o de Latinoamérica y España) es sin costo. Se requiere, sin embargo, una inscripción anticipada.

Las clases estarán concentradas en los siguientes cuatro puntos:
1. Un cimiento firme
Cualquier lugar, tiempo o circunstancia puede contener el germen de una historia. ¿Pero cómo armar un mundo contemporáneo, histórico o fantástico que se pueda ver, oler, degustar, tocar y sentir? Se enseñarán principios indispensables para poner un cimiento firme y auténtico a su obra de ficción.

2. ¿Vivirán estos huesos?
¿Son sus protagonistas esqueletos estereotipados diseñados simplemente para moverse por las páginas de su novela como zombis o son personas vivas, que respiran y a las cuales usted podría reconocer de inmediato en un pasillo oscuro? La motivación, las historias de la vida y el carácter son solo algunos de los puntos que le ayudarán a que esos huesos secos adquieran carne y tengan alma.

3. Algo que decir
Una historia apasionante no solo descansa en el quién, el qué, el dónde y el cuándo sino en el cómo y, especialmente, en el por qué. Entre los elementos necesarios para construir una historia atractiva están entretejer situaciones, conflictos, enfoques, diálogos, avanzar versus retroceder, tener bien definido el estilo basado en la habilidad innata.

4. Fin de la historia
¿Escribió la escena final y ya todo quedó concluido? ¡No tan rápido, por favor! ¿Comprobó que cada aspecto de la trama haya quedado perfectamente unido a la totalidad de la historia? ¿Se resolvieron todos los conflictos? ¿Ha revisado una y otra vez las líneas de tiempo y todos los detalles? ¿Queda suficientemente claro el mensaje espiritual? Aquí habrá la oportunidad de hacer cualquiera pregunta que aun no haya tenido respuesta.

Al final y para quienes hayan aprobado el curso, ALEC extenderá un diploma de constancia y competencia.


(*) Esto, que tradicionalmente se veía como privilegio privativo de los autores anglosajones, algunos de los cuales han amasado verdaderas fortunas por los derechos producidos por la venta de sus libros, está poco a poco extendiéndose, como una nube bienhechora, sobre el cielo hispanoamericano. Hemos sido testigos privilegiados de adelantos que se ha hecho a autores noveles. No son quizás millones de dólares pero sí son algunos miles, para empezar. Y no se trata, precisamente, de transformar en escritor a una figura conocida y popular como ha ocurrido en el pasado, sino que se trata de abrir un espacio que no existía a estos nuevos talentos hispanoamericanos. No existía el espacio porque no existían los escritores. Ahora que están apareciendo poco a poco y más y más, los espacios se van abriendo solos. ¡Esto es toda una revolución, sin lugar a dudas!

Eugenio Orellana es fundador y director ejecutivo de ALEC (Asociación Latinoamericana de Escritores Cristianos)

© E. Orellana, ProtestanteDigital.com (España, 2009).

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